Derribando Mitos Sobre Las Rusas Solteras y Su Aversión a la Soltería

Desde las hazañas temerarias de Catalina La Grande, amiga de Voltaire, con quien mantuvo una extensa correspondencia, así como con Diderot y las mentes más ilustradas de la época, hasta la dulce Tanya y la apasionada Lara del Dr Zhivago, la obra de Boris Pasternak, se ha presentado a la mujer rusa como apasionada, leal, tímida, temeraria, valiente o capaz de todo por amor. Pero, las encuestas dicen otra cosa. Hoy en día solo el 8% de las rusas solteras están pensando en casarse. Así que no es cuestión de salir a pedir la mano de cualquier soltera que se le presente en su camino.
Sin duda alguna, el alto índice de mortalidad, o mejor dicho, la poca expectativa de vida del hombre ruso, comparado con la mujer (promedio de sobrevida de 30 años para la mujer)la inclina a buscar un marido que la pueda proteger, acompañar y apoyar en la vida, en la crianza de los hijos. La edad promedio para casarse es entre los 23-25 años, lo que significa que socialmente, ya se empieza a preocupar sino encontró a su príncipe azul a los 26 años.

Y esto es difícil, dado que existen unos 10 millones más de hombres que mujeres. Saquen la cuenta. Les gusta mucho cocinar y se preocupan de la preparación de la comida con esmero y teniendo en cuenta los ingredientes. Esto no quiere decir que nos encontramos ante un paraíso de cocineras excelentes. Ni de chefs caseras. El estereotipo de la mujer en la cocina, sartén en mano, está lejos de ser la realidad. Seguramente, cocinan más a menudo que la mujer europea o norteamericana, que tiene a su disposición todo tipo de comida a domicilio o restaurantes y lugares de comida al alcance de su bolsillo. Las comidas típicas rusas son elaboradas y algunas veces muy aliñadas. Lo que si no falta en ningún hogar es el té. Desde los antiguos samovares hasta el té en saquitos, las rusas aman el té.